Nadie nace con un manual sobre el manejo de emociones, ni el bebé más listo, ni la niña más avispada, ni el papá más exitoso. Esas pautas las aprendemos paso a paso, según nuestras vivencias, recuerdos y entorno.
¿Y quién mejor que tú para ayudar a tu hijo a descubrir qué encierra su cajita de sentimientos? Detrás del llanto incontrolable, las rabietas, el miedo, la tristeza y el sentimiento de frustración hay pasiones que reclaman tu atención. Educar a tu hijo sobre el manejo de emociones es fortalecer su capacidad de controlar reacciones impulsivas y resolver problemas. Así estimulas su proceso de autoconocimiento y lo ayudas a crecer mentalmente saludable. La primera tarea es identificar qué lo altera y cuáles son los factores que lo irritan. Entonces comprenderás su emotividad y le enseñarás a minimizar los efectos negativos de sus impulsos.
Hemos preparado una lista de actividades lúdicas que impulsarán el desarrollo de las habilidades comunicativas de tu hijo. Así entenderás mejor sus emociones, sentimientos y reacciones. ¿Te animas a jugar en casa?
1. Crea un álbum sobre el manejo de emociones
Recorta o imprime fotografías de rostros que reflejen distintas emociones. Incluye expresiones felices, pues en la vida no todo es amargura. ¿Listo? Ahora pídele a tu hijo que te ayude a clasificar las imágenes. Agrúpalas como alegría, amor, tristeza, miedo, enojo, etc. Mientras arman el álbum de recortes, pregúntale qué sentimiento le inspira cada una. Anímalo a crear una historia sobre esa emoción. Así le darás a tu hijo herramientas muy útiles para comprender y manejar su mundo emotivo.
2. ¡A dibujar y colorear las emociones!
¿Ya tu hijo superó la etapa de hacer las caritas que le pedías cuando era pequeño? Ahora saca hojas en blanco y lápices de colores y anímalo a dibujar las emociones. Aunque hay muchos tipos de personalidad, siempre se entrelazan con emociones, asomarán la tristeza, el enojo, el miedo, el asco y el dolor, así como expresiones alegres y amorosas. Pregúntale cuándo las ha experimentado o si las ha observado en otra persona. Pídele que te cuente por qué ha estado enojado, por ejemplo, y qué pudo haber hecho para sentirse mejor. Reflexiona con él. Ofrécele herramientas para el manejo de emociones.
3. Interpreta una película sin sonido
No te imaginas lo didáctico y entretenido que puede llegar a ser el cine mudo. Escoge una película o dibujo animado con personajes que expresen distintas emociones. Si lo planteas como diversión, tu hijo será un protagonista estelar. A medida que corra la película, pídele que describa lo que cree que está ocurriendo. Dile que interprete la escena, que se ponga en los zapatos de los otros y que nombre sus emociones. Pregúntale qué haría para resolver los problemas y, desde su punto de vista, cuál sería el final más feliz.
4. Cuentos aliados para el manejo de emociones
Hay cuentos que emocionan y cuentos de emociones. Aunque todos despiertan el interés por la lectura, no son la misma cosa. Según Judith Franch, magister en libros y literatura infantil, los primeros favorecen la introspección, la toma de conciencia y el autoconocimiento. Además, contribuyen al desarrollo de todas las facetas de la inteligencia emocional y ayudan a identificar, comprender y manejar las emociones. También potencian la empatía y le enseñan a tu hijo a utilizar varias herramientas para resolver conflictos.
5. Anima a tu hijo a escribir su diario personal
¿Tu hijo adolescente no quiere contarte qué siente? Pues anímalo a escribir un diario privado. La escritura expresiva, según la conferencista Elsa Punset, es una terapia de entrenamiento emocional. Es una manera de darle sentido a las causas y los efectos de ciertas reacciones. Ella recomienda escribir mínimo 20 minutos cada día, durante cuatro días seguidos, para ver los beneficios. Lo más importante es que tu hijo reconozca las emociones negativas sin temor a ser juzgado.
Recuerda que tienes la responsabilidad de educar emocionalmente a tu hijo. Ayúdalo a diseñar su propio manual de manejo de emociones. Aléjalo de episodios de ansiedad y dale las herramientas para crecer sano de cuerpo y mente.