Me siento muy feliz por estar compartiendo este espacio con ustedes, soy Natali Gallego, una mujer enamorada de mis hijos, mi familia, mi vida y mi profesión, por eso vengo con tanto cariño para que conversemos un rato acerca de todo lo que debemos saber sobre la atención de nuestros hijos.
Este es un tema que genera mucho interés en los papás, especialmente de aquellos que tienen hijos pequeños, que están en edades de aprendizaje escolar o descubriendo nuevas destrezas a medida que van creciendo, así que es muy normal preguntarnos, cómo acompañarlos en este proceso, en cada una de sus etapas y cuál es la mejor manera de potencializar estos espacios.
¿Qué sabemos sobre la atención de los niños?
Vamos a iniciar comprendiendo qué es y cómo funciona de forma general este concepto, tanto en adultos como en niños, ya que al saberlo podremos implementarlo en nuestro día a día con los más pequeños de la casa.
La atención es una forma de focalizar los recursos cerebrales que tenemos para lograr un objetivo específico, en el que nuestros siete sentidos están involucramos para aprender durante un tiempo determinado.
Es importante resaltar que las emociones y motivaciones, son parte fundamental para nuestro aprendizaje, pues nuestra mente funciona como un filtro, que toma momentos puntuales, de acuerdo a lo que estemos percibiendo de cada situación. Es decir, la concentración varía de acuerdo a la afinidad consciente o inconsciente; o al grado de necesidad que sientas por el tema o actividad que realices…
Por ejemplo, nuestro estado basal de ánimo, como tener hambre o sueño, nos puede generar distracción, ya que estaremos pensando, cómo suplir esas necesidades básicas y no en el momento presente.
Cabe resaltar que nunca tenemos la misma atención durante el día, ni en lo que hacemos, y esto sucede, porque, existen varios tipos.
¿Qué tipos de atención existen?
La atención automática. En esta no tenemos un alto nivel atencional, al contrario, es cuando estamos en piloto automático, cuando no somos consciente de lo que tenemos alrededor o simplemente tomamos posturas y acciones que ya nos son muy familiares y las hacemos sin pensar demasiado, OJO, lo ideal es no vivir siempre así.
También nos encontramos con la atención selectiva, en esta filtramos los datos que son importantes para nosotros, la usamos mucho para evitar un desbordamiento de información. Normalmente optamos por este tipo, cuando nos piden seleccionar o elegir algo que deseamos destacar.
Seguimos con la atención dividida. Esta se trata de poner el foco en varias actividades al mismo tiempo, esta conducta antes era muy celebrada y admirada, sin embargo, nos hemos dado cuenta que ser “multitask” no nos lleva a cumplir de forma óptima nuestras labores, y que mucho menos, es algo beneficioso para nuestra salud, ya que no dedicamos el tiempo y energía necesaria en cada una de ellas, por lo que ahora se aconseja dividir cada proceso, para lograr mejores resultados.
Por último, tenemos la atención sostenida. Que es la capacidad de mantener una concentración permanente en una acción, con esta se logran grandes niveles de aprendizaje y de memoria. Lo ideal es desarrollarla durante nuestras jornadas de estudio o en espacios donde debamos estar muy presentes.
Pero ¿Qué pasa cuando no estamos atentos?
Cuando no logramos concentrarnos, es porque estamos divagando y lo más curioso es que el 52% de este tiempo pensamos en el futuro, imaginando escenarios catastróficos, maquinando una y otra vez escenarios inexistentes. Esto sucede cuando tenemos estímulos externos con mayor novedad que aíslan nuestros recursos atencionales, por ejemplo, tener pantallas alrededor con colores llamativos y sonidos nos hacen dispersar y perder el enfoque.
Ahora, ¿Qué podemos hacer para mejorar la atención de nuestros hijos?
Inicialmente debemos conectar los intereses y emociones con las actividades que realizarán, lo ideal es mostrarles los beneficios que tendrán por llevar a cabo cada aprendizaje y como papás percibiremos sus afinidades, con el objetivo de potencializarlas.
Por ejemplo, si percibes que a tu hijo no le gusta algún alimento que para ti sea indispensable para su nutrición, puedes optar por incluirlo poco a poco así: le darás por una porción de su comida favorita, un tercio del que no le gusta tanto.
También es importante comunicarles la importancia de lo que no le gusta tanto, resaltando los beneficios que eso tiene para él.
Todo lo que hemos hablado, aplica además para espacios escolares, en los que no tienen ganas de estudiar, atender su clase ni hacer sus deberes, en estas ocasiones, opta por mencionarles que a veces las cosas buenas para nosotros pueden parecer tediosas o aburridas, pero que esta parte de su vida va en pro de su desarrollo, OJO todo esto sin abrumarle, sino paso a paso.
¿Y que pasa con las pantallas?
Otro consejo que te puedo dar es, dejar las pantallas a un lado la mayor parte del día, sé que es algo difícil en esta era digital, lo cierto es que su uso debe ser muy mínimo en edades tempranas, ya que normalmente las implementamos como un escape en los momentos en los que nuestro hijo está aburrido y aunque es una solución rápida, no lo será a largo plazo, ya que estás acciones pueden afectar sus procesos de creatividad al omitir sus momentos de ocio y de no saber qué hacer.
Procura suplir estas distracciones incluyéndolos en actividades como caminar, escribir o hacer yoga, creando no solo tiempo de calidad con tus hijos, sino que ambos liberarán neurotransmisores, como la dopamina o la oxitocina, ideales para mejorar nuestro estado de ánimo y concentración en el día a día.
Por eso, como familia, lo ideal es estar acompañando todo el proceso de aprendizaje de los niños, no dejarles todo el trabajo a ellos solos, sino participar positivamente, en la mayoría de momentos que podamos compartir de su crecimiento.
Finalmente
Debes tener en cuenta que el descanso es fundamental en este proceso, recuerda que, si estamos cansados o con sueño, difícilmente nos concentraremos en algo, porque nuestro cerebro, estará pensando únicamente en suplir esa necesidad fisiológica y no en lo que está viviendo en ese instante. Lo mismo sucede con los niños, por eso debes garantizarle un sueño de calidad, en un tiempo aproximado de 8 a 10 horas diarias.
Yo sé que este es un tema muy amplio y puede que tengas muchas preguntas que no logré resolver, por eso en el próximo artículo te estaré contando más sobre, cuál es el nivel de atencionales que tienen nuestros hijos según la edad, qué otros factores afectan su aprendizaje; además hablaremos de temas súper comunes hoy en día: el déficit de atención e hiperactividad… ¡Así que muy atentos!
Con amor,
Médica y pediatra, especialista en neurodesarrollo y aprendizaje infantil
Comments
1 comentarioHablemos de déficit de atención e hiperactividad – Blog OFFCORSS
Abr 26, 2023[…] Yo sé que estabas esperando con ansias este nuevo artículo, tanto como yo, porque hace poco les hablaba sobre ¿Qué debes saber sobre la atención de tus hijos? […]