¿Si tú fueras tu bebé que quisieras?

Con la mano en el corazón, responde ¿Si tú fueras tu bebé que quisieras?

Todo parte de una pregunta tan sencilla, pero a veces tan difícil de responder, porque como padres estamos tan enfocados en el resultado que olvidamos el proceso y más allá de eso, nos situamos en la posición de adultos, sin recordarnos que alguna vez fuimos niños y que desde ahí percibíamos el entorno diferente y anhelábamos cosas que tal vez no recibimos, por el mismo afán que tuvieron nuestros padres de no equivocarse en la crianza y desarrollo de nosotros como hijos.

Pero si observas detalladamente a tu bebé, mientras llora en otra habitación de la casa, ¿Qué responderías? Si anulas la presión social, las frases de cajón y los hábitos heredados. ¿Qué harías? o más bien, ¿Qué querrías donde fueras tú quien con sólo días de nacido estuviera en un espacio extraño?

Desde hace más de 22 años vengo comprendiendo; a partir de mi experticia como madre y como acompañante de miles de familias y mujeres gestantes; que la manera de conectar con los padres y madres de los 24,000 bebés que he tenido en mis brazos y he acompañado desde su nacimiento, es a través de una simple pregunta: ¿Si tú fueras tu bebé que quisieras?

Y cuando logro que la respondan con la mano en el corazón, escuchando sus emociones y sentimientos, se da un cambio radical en casa; tanto para el bien y tranquilidad del bebé como de su familia en general, porque ahí está la respuesta a muchos llantos, incógnitas y noches en vela de papá y mamá.

Haz una pausa…

Comprender la naturalidad de la vida es tan hermoso, que nos da la oportunidad de aprender de cada situación y experiencia. Como madre y experta en bebés he entendido que los dos primeros años de vida son trascendentales para el desarrollo de la personalidad de cada ser. Y es curioso saber que de 4,000 mamíferos que existen, somos la única especie que separa a su cachorro del lado de la mamá al nacer, que lo alimenta con leche de fórmula, que lo deja desprovisto de los cariños y cuidados de sus progenitores, con el fin de darle roles de independencia. Pero lo que desconocemos es que los roles de independencia no se otorgan, esos roles se adquieren, por tanto, no es nuestra responsabilidad atribuirlos desde sus primeros días de nacido.

Lo que nuestros niños necesitan en sus primeros años de vida es amor con límites, absolutamente genuino y sin prevenciones, de esto depende el 75% de lo que serán de adultos, para crear personas seguras, libres de traumas, con más criterio y capacidades de relacionamiento.

Es el amor la base de la vida. Es el amor el equipamiento que nos hace verdaderos seres humanos con un lugar de honor en la sociedad.

Para terminar, sólo me queda decir que ser padres es un regalo del cielo. Somos los coautores del milagro de la vida, porque es el acto más sublime que pueda existir y debemos reconocernos privilegiados por tener la oportunidad de dar vida a través de nosotros mismos.

Papás y mamás, acompañen desde el amor

Cierren los oídos ante tanta información que hay y céntrense en sus corazones; permítanse ser guiados amorosamente por lo que sienten, por el sentido común que los mueve. Vuelvan a lo simple, conéctense más con la naturaleza y con el instinto maternal y paternal y verán cómo las cosas fluirán y funcionarán para aportarle al mundo seres humanos diferentes, seres humanos educados con amor.

NORA LÓPEZ, más conocida como Nora Leche

Asesora en lactancia materna, puericultura, crianza humanizada y programación neurolingüística

Madre de David y Laura

Fundadora de Lactar