Los regalos hacen felices a los niños, también los helados, viajes y cumpleaños. Quizá un premio al “buen comportamiento” y por supuesto todo un día libre de pantallas. Pero… ¿es esta la verdadera felicidad para nuestros hijos? Por momentos sí, para toda la vida, no.
Hacer de tu hijo, un niño feliz es más simple y económico de lo que todos pensábamos, porque cuando ese niño crezca, recordará con verdadero amor lo que hicimos para hacerlo una persona plena, y le dará al mundo la misma atención, contemplación y amor que recibió de ti.
* Háblale, recordará tu voz con felicidad, y no la de los videos de Youtube. Recordará las noches en las que se dormía mientras escuchaba de tu boca, los más lindos cuentos. Recordará con una sonrisa los susurros y melodías cuando más necesitaba de ellos.
~ Guíalo, agradecerá tus límites respetuosos, esos que lo formarán como uno de los mejores adultos de su generación. Los niños aman los límites, no creas nunca lo contrario.
* Míralo, no te pierdas en tu celular las maravillosas hazañas que ellos te quieran mostrar. Tu hijo hace muchas nuevas cosas por ti, le entusiasman tus aplausos, caras de asombro y tu orgullo.
~ Besalo, sentir tu piel es algo único en el desarrollo emocional de los niños felices.
* Escúchalo, seguro para tu vida adulta, muchas cosas que tiene tu hijo para contarte te parecen “bobas”, poco importantes o aplazables. En su pequeño mundo ¡puede ser todo! Si su mejor amigo ahora tiene otro mejor amigo, si se cayó frente a los compañeros del colegio, si compartió su almuerzo o si su nuevo color favorito ahora cambió ¡tómatelo en serio! Saber que tienen un refugio donde llegar para desahogarlo todo, NO TIENE PRECIO.
~ Pasa más tiempo con él, sabemos que los días pueden rendir poco y que las obligaciones nos consumen del todo. Pero estoy segura de que con un poco de organización, puedes regalarle un par de horas al día a tu hijo ¡de calidad! Sin celulares, sin conversaciones adultas. Solo tú y ellos, dejándose llevar, guardando momentos felices.
Los niños hoy necesitan más atención y sobre todo más conexión. Desconéctate del mundo, para conectar con ellos.