Sin duda antes de ser mamá era una persona totalmente diferente a la que soy ahora y creo que a todos nos pasa una vez nos convertimos en padres. Quizás en muchas ocasiones mi rutina y mi mundo giraba en torno a un interés personal; ser exitosa en mis estudios, en mi trabajo para conseguir todo aquello que en algún momento idealizando la adultez quería conseguir: una casa propia, independencia económica o el matrimonio perfecto.
Y aunque todo es sin duda de gran importancia, no se compara con los nuevos intereses cuando un hijo llega a nuestras vidas. Ya no se trata de nosotros sino de alguien más.
Una casa propia pasa a un segundo plano cuando realmente te interesas porque en ese hogar más que 4 paredes haya realmente un ambiente sano para esas personitas que están aprendiendo de ti y que serán personas activas de una sociedad en la que sin duda hay que inculcar y dejar una huella sana de amor, respeto y comprensión hacia los demás. Dejar huella en un mundo que necesita de seres que se interesan por el otro además de su bienestar individual.
Les cuento una historia…
Recuerdo una vez en la que Juan Andrés se enfadó porque no encontraba la forma para armar un muñeco y su reacción me impresionó, no solo por ver cómo estaba reaccionando a la frustración sino porque me di cuenta de que era una copia exacta igual a mí.
Dejó su juguete a un lado, se molestó, no quiso ayuda y se puso a llorar. Ese día recordé en cuántas ocasiones me había visto reaccionar de la misma forma en situaciones cotidianas como cuando se me apaga el carro en un semáforo, cuando el computador no prende y lo necesito urgente, cuando sucede algún desastre en la cocina o cuando no tengo un buen día en el trabajo.
Eso es en lo que pienso cuando de dejar huella se trata, porque también nos impulsan a dar una mejor versión para nosotros mismos, para ellos y para quienes nos rodean. Permitámonos de vez en cuando dejarnos ser, dejarnos fluir y pensar más allá de lo cotidiano y lo normal, participar de su crecimiento y desarrollo más allá de lo que establecen las guías para padres, pensar en su futuro no como solíamos hacerlo con nosotros sino pensando siempre en dejar huella en nuestros hijos para que ellos también la dejen en el mundo que los rodea.