Como todos los años, mayo es el mes de MAMÁ. Primero porque para los católicos, el 13 de mayo la Virgen María subió a los Cielos y, como sabemos, según la religión es la Madre de Jesús. La celebración del Día de la Madre se ha vuelto uno de los eventos económicamente hablando más grandes del año, donde hijos, esposos, cuñados, suegros, entre otros, gastan y gastan para complacer a esas mujeres que han dado todo por su familia. Para nosotras como madres, es el día en que nos sentimos el centro del universo para todo el mundo, literalmente personas que no te hablan normalmente ese día te escriben para felicitarte. Honestamente, me parece súper lindo ese gesto de felicitación, aunque sea un simple “Feliz Día” es bonito.
En mi casa, no es necesario que sea un día especial para tener un detalle con cualquiera. Antes de la pandemia que podía ir a la universidad y al Centro Comercial como si nada, le traía flores a mi mamá, gomitas a mi papá, cualquier cosa que sabía que a ellos les gustaban. Y, precisamente, a eso voy. No es necesario esperar que el gobierno diga que tal fecha es especial para que nosotros la hagamos especial.
En esta ocasión, quiero compartirles cómo fue mi día de la madre este año, es mi segundo año siendo mamá, el anterior aún estaba embarazada.
Este año fue un poco más especial que el anterior, Paolo está más grande así que entiendo un poco más las cosas.
¿Cómo inició este día?
Antes de acostarme ese sábado, puse varios globos sobre la mesa del comedor como sorpresa para mi mamá, no puedo olvidar que también soy hija, me fui a dormir y el domingo por la mañana, nos despertó mi hermana (tengo una hermana mayor y un hermano menor).
Inició con unos globos con helio en tonos de rosa en las escaleras, los otros habían sido los que puse la noche anterior, una mesa llena de comida, un desayuno tipo buffet, frutas, huevos revueltos, panes, jugo, entre otras cosas. En la sala, habían unas flores realmente preciosas, en las fotos las pueden ver, la de mi mamá era el doble de grande que la mía, ambas eran sumamente bellas (amo las flores), una vez terminamos de desayunar pasamos a la entrega de regalos que fue dirigida por mi hijo, él era el encargado de entregar las bolsas y cajas de regalo. Primero mamá, luego iaia (así le dice a mi mamá).
Una vez terminamos de abrir los regalos, pasamos a la serenata. Resulta que ahora mi hijo está en la faceta de cantante, y en eso, empezó a sonar Amor Eterno de Juan Gabriel, agarró un micrófono que tiene mi papá y junto a él, empezaron a cantar, créanme cuando les digo que todo se me arrugó, es increíble lo rápido que crece nuestros hijos al frente de nosotros y nos damos cuenta, me dio muy duro darme cuenta que crecerá más rápido de lo que quiero. Cuando pasó la mejor serenata del mundo, subimos a descansar un rato.
En resumen, fue un gran día. Espero de todo corazón que el día de ustedes también haya sido hermoso, rodeado de muchísimo amor.