Todas las celebraciones tienen un sentido. Ya no queda casi nada para la Navidad, y aunque no todos la celebran, la Navidad siempre es un momento de encuentro familiar, de expresión de buenos sentimientos, de nuevos propósitos para el nuevo año, y tiempo de intercambio de felicitaciones, regalos y de generosidad con el que no tiene.
La Navidad es una buena ocasión para renovar las ilusiones y las esperanzas, como también de aprendizaje para los niños.
Muchas veces las familias suelen orientar la Navidad a las compras, a todo lo material, y acaban pasando unas fiestas de Navidad sin sacar nada de enseñanzas a los niños. El calendario de Adviento, por ejemplo, no está sólo para que los niños coman chocolatinas o dulces, o que ganen un regalito. El Adviento, que significa ‘la llegada’ de la Navidad, es mucho más que las sorpresas, es la herramienta ideal para que las familias puedan inculcar el espíritu y los valores de Navidad en los pequeños. Así que la Navidad no está representada apenas por los regalos, las vacaciones, las luces y los adornos.
Durante el Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, debemos de aprovechar para reflexionar, y hacer reflexionar a nuestros hijos, sobre dos temas fundamentales del espíritu navideño. Enseñarles valores como la unión, la generosidad, la amistad, la alegría, etc.
Otro aprendizaje que pueden adquirir los niños durante esta época es el valor de la familia y de los amigos. Los padres deben dedicar algo de tiempo para estar en familia. Enseñarles valores como la unión, la generosidad, la amistad, la alegría, la colaboración y cooperación, etc. ¿Cómo hacerlo?, pues haciendo con que todos colaboren en las tareas que sostienen la Navidad: compras de regalos, adornando o decorando la casa, planificando la cena y la comida navideña familiar, jugando, contando cuentos, cantando villancicos, etc.
Este año con Sophie tengo pensado comprar regalitos e ir a una fundación de niños para que Sophie les reparta los regalos y aprenda el gran sentido de DAR, el cual siempre siempre será mejor que recibir, ¡con tan solo 3 años que tiene mi hija puedo inculcarle este gran valor! Anímense a hacer algo así en casa, si no tienen dinero para adquirir regalos pueden también ir a hacerles alguna actividad recreativa y créanme que estos niños serán muy felices y lo que ustedes van a sentir en el corazón no se compara con nada.
Esta en nosotros crear estos lindos sentimientos en nuestros pequeños e ir inculcando valores maravillosos que en el futuro los harán grandes personas de corazón noble y bondadoso.