Seguro todos los que estamos leyendo este blog, sabemos cuál es el gran valor que tiene un perro en casa, y su verdadera magia. Ellos tienen una magia increíble y nosotras como como veterinarias, la conocemos más que nada, y por esa gran razón amamos lo que hacemos.
Al llegar a tu casa, conocerte, presentarnos, mostrar nuestro equipo de trabajo y lo más importante conocer a nuestros pacientes, ver el lugar tan importante que ocupan ellos dentro de la familia y el hogar, nos hace entender que son ¡Los niños de la casa! El hacer consulta en casa nos permite conocerlos, a ti y a tu perro en un espacio que para los dos es mucho más cómodo y reconocido. La verdad nosotras nos sentimos como haciendo visita.
Escuchar historias como:
- Hoy Ramona orinó por primera vez en el pañal
- Recogí el primer diente de Ginebra
- Cuando le pido a Cristal que vaya a orinar porque ya nos vamos, ella va al balcón y usa su tapete
- Mila y Maya están jugando más juntas, ya comparten sus juguetes
- Dante ama las galletas, ya está más obediente
- Mía ama dormir conmigo y sabe la hora del desayuno
Todas estas hacen parte de lo que escuchamos durante una consulta veterinaria sobre tu perro, y ahí es cuando nos damos cuenta que de verdad estos peludos cada vez hacen más parte de nuestra vida y nuestras familias. ¡Ah claro y mientras esto pasa nuestro paciente está olfateando cada milímetro de nuestra caja de examen físico, de medicamentos y nuestros zapatos!
Recibir fotos de su última travesura, de cuando se le cayó un diente, o incluso de si su popó esta normal jajaja, hace parte de nuestro día a día, y no saben lo reconfortante que es llegar a conocer a tus pacientes perrunos, saber cuál es el juguete favorito de cada uno, cuál es su lugar preferido de la casa, si le tiene miedo a los guantes, o al olor del alcohol o incluso al fonendo, esto hace que podamos tener una consulta más tranquila y una mejor relación con ellos.
No sabemos si les ha pasado, pero en muchas ocasiones se cree que existe un miedo de los animales hacia los veterinarios y esto en cierta parte es real, la mayoría de veces es porque el único contacto que tienen con ellos es cuando están enfermos, nosotras trabajamos mucho desde la medicina preventiva lo que nos permite revisar a Max, un cachorro, mientras está jugando con su juguete favorito (nunca supo que estaba en el consulta veterinaria), darle un desparasitante a Duque como una galleta mientras nos muestran el último truco que aprendió; y el que más nos gusta, tenemos muchos pacientes con problemas de piel y ellos en medio de su felicidad por nuestra llegada se acuestan buscando que rasquemos su barriguita y eso nos da una muy buena visión de las lesiones sin que se esté sintiendo intimidado. Y de estos, tenemos muchos más ejemplos, gracias a que ustedes nos dejan entrar en sus casas y nos permiten tener una relación muy linda entre veterinario y paciente, somos las veterinarias más felices de saber que nuestros pacientes se alegran al vernos llegar.
Hoy estamos haciendo este blog no solo para contarles lo felices que somos de ser veterinarias, sino también para hacerles un homenaje a estos peludos que día a día ocupan un lugar más importante en nuestras familias, ¡Es un homenaje a ellos en este día que se celebra para ellos!, un homenaje donde exaltamos su magia, su nobleza, su incondicionalidad y el amor más puro y sincero que podemos recibir. Hoy les damos las gracias por ser grandes maestros y ser esa gran compañía.
Gracias por mostrarnos que en las cosas más simples de la vida, como un movimiento de cola, una mirada noble y una caricia, esta una gran magia de amor y felicidad.
¡FELIZ DÍA DEL PERRO!