Como mamá siempre tuve claro que quería que mis hijos fueran lo más organizados posible, no solo con sus cosas materiales sino también con sus rutinas diarias y su forma de optimizar el tiempo para las diferentes tareas y actividades y, así ir forman-dolos para el futuro.
Pienso que esto fue por mi niñez, pues mis papás siempre me inculcaron que debía tener orden para el manejo del tiempo y esto me daba una estructura y una rutina diaria que me ayudaba a saber con qué contaba y que podía hacer.
Así que algunas cosas que me han servido y que hago con mis hijos para tratar de inculcarles esto, son las siguientes, teniendo en cuenta que para mí hay dos ambientes:
La casa:
En las edades más tempranas, este ambiente es el más importante, porque es el primer paso de formar un orden y una rutina. Cuando establecemos horarios para las comidas, la dormida, la hora del juego, el baño, etc.
Para los más grandecitos, la hora de levantarse y organizarse para ir al colegio, saber que deben ser ágiles para cumplir los horarios establecidos, las comidas, la hora del juego y la hora de irse a dormir, su aseo personal, los modales y el cuidado de sus pertenencias.
Aquí ya debemos enseñarles a mantener un orden en la casa, como los juguetes, su ropa, la habitación y empezar a asignar tareas para ayudar en el hogar.
* Llevar la ropa sucia a su lugar.
~ Tender la cama.
* Poner la mesa.
~ Recoger los platos después de comer y llevarlos al fregadero.
* Sacar la basura.
Por nombrar algunas de las tareas que se pueden realizar, lo importante es entender la capacidad de cada niño, según su edad, para realizar los trabajos e ir asignando cada vez más según su crecimiento.
Actividades extra curriculares:
Tener los tiempo claros es el éxito de estas actividades, porque en mi caso mi hijo mayor, Martin de 4 años está en clase de música y de natación y Miguel mi hijo menor de 2 años, está en natación.
Así que después de llegar de la guardería todo tiene que llevar su orden para poder salir a tiempo a las clases y ellos saben que debe ser así para poder asistir a lo que tanto les gusta.
Ejemplo de una tarde en mi casa: mis niños llegan, se quitan el unirme y lo ponen en la ropa sucia, almuerzan, descansan un rato que por lo general es jugar (ellos ya no hacen siesta), después me pongo hacer las tareas con el mayor, mientras que el menor sigue jugando. Tomamos la merienda y nos vamos para las clases, cuando llegamos vuelven a jugar un poco y a comer, lavarse los dientes, hacer pipí, ponerse la pijama y a dormir.
No siempre sale bien, por las carreras, porque no faltan las peleas entre ellos, las frustraciones y los días de ¡no quiero!
Además, evito las pantallas, los mantengo ocupados y realizando las actividades extra que ellos mismos me piden y les encanta, aprenden cosas nuevas, a seguir reglas e instrucciones y a socializar.
Mis hijos son felices y ya les hace falta su rutina y lo mejor es que sí se puede y para mi funciona muy bien.
Todo depende de nuestra organización y disposición para inculcarles lo que queremos.