Como decían nuestras abuelas “barriga llena, corazón contento” y con esa frase nos educaron diciendo que teníamos que comer para ser sanos y fuertes…
En esta época no es la excepción hablar de los trastornos alimenticios en los niños, porque todo el tiempo nos están hablando de la alimentación saludable y de la importancia de los buenos hábitos alimenticios para generar en nuestros hijos una correcta ingesta de alimentos. Y te has preguntado alguna vez: ¿Mi hijo está bien alimentado?
La dificultad de comer ciertas texturas, comer alimentos de un mismo color, solo algún tipo de sabor, dificultad y falta de gusto por masticar, dificultad para aceptar la transición de blandos a sólidos, tiempo excesivo en la mesa para terminar de consumir los alimentos generando repulsa al comer, ingesta constante de sustancias no nutritivas (yeso, pintura, tierra, cabello, ropa, hojas, etc.), son algunos factores que mencionan los expertos.
Asimismo, su entorno influye completamente en su alimentación; el jardín, los cumpleaños, la visita donde la abuela, el domingo de pizza en familia, el cine y más. Lo importante es realizar hábitos saludables como tomar mucha agua, comer a las horas indicadas y evitar dulces por montones.
¿Qué hacer para prevenir o tratar estos trastornos?
Los pediatras, nutriólogos y profesionales del tema coinciden en que entre más tempano sea detectada alguna alteración o conducta ¡Mucho mejor!
Según sea el caso, la intervención médica será necesaria para que el problema no se agrave con el pasar del tiempo. Pero, para tranquilidad de todos lo importante es que se puede tratar y que en la mayoría de los casos hay una gran mejoría para modificar estas conductas.
¡Así que, toma apunte sobre este tema!