Tener un hijo es la más maravillosa y retadora rutina del mundo. Por eso, cuando me invitaron a ser parte de este blog, me sentí feliz de poder contarles como mi día a día como mamá y trabajadora son la más maravillosa aventura, sin cinco minutos de descanso.
*Lo sé, todas las mamás dicen lo mismo pero es verdad. Tener un hijo, es lo máximo*
Tengo que empezar, sin duda, contándoles que mi historia como mamá creció en mi vientre cinco meses antes de darme cuenta y cuando supe con certeza, pues ya era una personita que tenía forma, nariz, boca, y brazos.
*Esos bracitos hermosos que ahora me derriten de amor. Pero en ese momento fue una sorpresa que nos movió el mundo sin poder anticiparlo*
Y cuando les digo que ya Santiago estaba grande cuando me di cuenta, es porque es verdad. De hecho, esta es la primera foto que mi esposo y yo vimos de nuestro hijo. Muertos de miedo, de preguntas, de expectativas, decidimos caminar juntos este viaje que, sin duda, ha sido el más caóticamente perfecto de todos. El mejor destino de todos los posibles.
¿Se imaginan todo lo que hice en esos cinco meses antes de darnos cuenta? Obviamente, en ese momento el chip se nos cambió y pasamos de sorprendidos a ser padres-con-todas-las-de-la-ley, con todo lo que esa pequeña y enternecedora palabra implica… ¡Y vaya que tiene implicaciones!
Entonces, empezó este camino de alta montaña: de aprender, amarnos, superar obstáculos juntos, redescubrir el poder del asombro, de acompañarnos, de darnos la mano, de descubrir el verdadero significado de la palabra FAMILIA.
*Ese mismo que nuestra mamá nos repitió por tanto tiempo pero que cobra todo el sentido cuando, por fin, eres mamá*
De descubrir que se puede amar a alguien más que a uno mismo; pero que hay que amarse a uno mismo para poder ejercer el amor, así de esa manera tan poderosa.
Y, obvio, de apersonarse del verdadero significado de la palabra PRACTICIDAD.
*Porque cada minuto menos en el trabajo o en las labores de la casa, es un minuto más de abrazo. Cada minuto se vuelve un mundo entero a la hora de disfrutar con tu hijo*
Es por eso que durante todo este tiempo he venido buscando las cosas que me hacen la vida más fácil, que me ahorran tiempo, que me permiten estar más, justo allí, al ladito de su corazón.
Así, me he vuelto fanática de las recetas de un minuto en la cocina, de los tips de limpieza, de las facilidades y de lo que sea seguro para mi y para Santiago.
Este es, sin duda, un pedacito muy importante de mi historia, de mi vida y de esta maravillosa aventura que me llegó de sorpresa. La experiencia más enriquecedora de todas: Ser mamá de una bendición llamada Santiago.
Artículo por:
Laura Prada Streithorst.
Mamá de Santiago.
Escritora en el blog www.buscandoenelarmario.com