Quienes me conocen saben que tengo una obsesión con la limpieza, hago que las personas que me visitan se quiten los zapatos en la entrada, me encanta que la casa tengo un delicioso olor, sufro cuando veo las toallas manchadas, no soporto salir a la calle con alguna mancha en la ropa, así que imagínense cómo me pongo cuando #TomásBE ensucia su ropa justo antes de salir a una reunión.
Claramente soy de esas mamás que dejan que los niños experimenten, de hecho practico BLW (Baby Led Weaning) con Tomás desde los 6 meses, no me importa mucho si se ensucia comiendo, pero todo cambia si estoy de afán y debemos salir a cumplir alguno de nuestros compromisos laborales; sí, Tomás me acompaña a mis reuniones de trabajo desde los 3 meses, mis clientes lo aman y es parte importante de cada una de nuestras estrategias, razón por la que me importa mucho que esté siempre bien presentado. Lo sé, es un bebé, pero me encanta verlo limpio.
Nuestro día a día es bastante agitado, comenzamos a las 6:00 a.m. dando gracias a Dios por un nuevo día, luego desayunamos, nos bañamos, nos arreglamos, trato de que Tomás duerma un poco y a las 9:00 a.m. estamos listos para empezar a trabajar. No se a ustedes pero a mi me parece que a los días les hacen falta horas, a veces siento que todo pasa muy rápido, tanto que me suele suceder que llega el viernes y no he lavado ropa. Normalmente, me doy cuenta de que se fue la semana sin lavar porque abro el armario de Tomás y ya no tiene ni una sola camiseta de OFFCORSS, porque las ama y son las que más le pongo. Entre aprender a comer solo, gatear, ir al parque y regarse la leche encima, es mucha la ropa que ensucia durante la semana.
Y no es solo la ropa de Tomás la que se acumula, es mi ropa y la de mi esposo. En realidad, no sé cómo hacían las abuelas con esos batallones en casa. En serio, siento que entro en crisis cuando veo ropa sucia acumulada, sobre todo porque mi cuarto de ropas no es lo suficientemente amplio para que todo se seque en un día, así que si quiero tener todo limpio para el fin de semana, debo lavar la ropa de Tomás en una carga y a los dos días la nuestra, pero el problema empieza cuando no alcanzo a separar las cargas de ropa. ¡Todo se acumula!
Justo en ese momento en el que veo la pila de ropa frente a mi y además estoy tan cansada por la rutina diaria, es cuando me dan ganas de gritar ¿dónde estás Robotina? y deseo tener una maquina que haga todo por mi o que por lo menos me haga la vida más fácil y además me ayude a hacer todo en tiempo record. Mamás, es necesario dejarnos ayudar, yo me di cuenta de eso y aunque no siempre es fácil aceptar ayuda, debemos obligarnos a buscar personas o cosas que nos hagan la labor de ser mamás, esposas y amas de casa, mucho más fácil, sobre todo si tenemos semanas apretadas como las mías con Tomás, mi compañero de trabajo.
Así que en medio de esa búsqueda, encontré una maravilla de lavadora que promete solucionar mi problema de acumulación de ropa. Se llama LG Twin Wash, es Twin porque tiene una canastilla o compartimiento en el que puedo poner la ropa de Tomás, mientras al mismo tiempo lavo la mía y la de mi esposo. Además es secadora, así que ya no me tengo que preocupar porque se demora en secar la ropa ni porque la ropa de Tomás se vaya a dañar por mezclarla con nuestra ropa que es más pesada y grande. Además, como si su inventor estuviera pensando en mí, esta lavadora tiene una tecnología que permite que maneje todo desde mi celular, así que puedo estar en medio de una reunión y ponerla a funcionar. ¡Es un hit!
En realidad, ayudas así son las que uno espera encontrar cada vez que necesita que las rutinas tengan un cambio. Es necesario dejarnos ayudar, no es bueno cargar con todo y cansarnos sin necesidad.
Como siempre, mamás, no se cansen y convénzanse de que lo están haciendo muy bien. #TomásBE y yo les mandamos muchos abrazos y esperamos contarles pronto una de nuestras historias.
Escrito por Annie Espinosa
Mamá de #TomásBE
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