¡Hoy Ana María Franco de mamaconamor nos comparte unos tips para ir a un evento especial en compañía de tu pequeño!
No es un secreto que para los adultos un evento elegante es algo que debemos anticipar; la mayoría requieren de una logística específica, un traje especial, en el caso de las mujeres maquillaje y peinado, y a veces otras cosas más.
Pero si tenemos niños invitados al evento, hay que tener en cuenta varias cosas para que tanto ellos (los niños) como nosotros (los padres) podamos disfrutar un rato agradable y sin preocupaciones.
Hay que escoger muy bien tanto la ropa del niño como la de los padres:
No hace falta resaltar que la ropa del niño debe ser muy, muy cómoda además de adecuada para la ocasión. Así sean niños, si son invitados al evento deben seguir el código de vestuario. Todavía más importante: la ropa de los padres tiene que ser muy, muy cómoda también. Cuando vamos con nuestros bebés a eventos de esa clase, no hay cabida a tacones mega altos, si no queremos ser el centro de atracción con una caída, o mejor aún, con 15 días de incapacidad por las ampollas. También hay que evitar un poco los escotes pues al tener que cargar y bajar nuestros bebés todo el tiempo, puede salirse más piel de la deseada.
Debemos irnos con un súper equipaje:
Y es que tener un bebé siempre nos hace comprar morrales y maletas, porque lo que llevemos a un lugar siempre será necesario. Para un evento elegante siempre llevo las siguientes cosas:
?Coche o patio: una vez me pasó que pensé que Mariana ya sabía caminar (como cuando tenía un año y medio) y que el coche no era necesario. Ya se imaginarán lo que pasó: mucho antes de que la fiesta acabara, yo ya estaba fundida de cargarla. No importa cuántos años tengan, creo que es una necesidad primordial llevarlo, o en su defecto, un patio donde puedan dormir cómodos y jugar, todo depende del lugar al que vamos.
?Extra teteros: los bebés sienten ansiedad cuando los sacamos de su entorno y a veces no quieren comer sino lo que conocen. Es por eso que siempre empaco una dosis extra de teteros y créanme, han sido más que necesarios.
?Juguetes: sí, juguetes. Aunque sea un evento elegante, los niños juegan y es natural que lo hagan. Puede que no sea el súper centro de actividades, pero con unos tres juguetes para ir variando es suficiente para mantenerlos entretenidos y felices. Este es un ítem que jamás podemos olvidar. Para estos eventos me encantan los títeres de dedos y las flash cards: ocupan poco espacio y los juegos que podemos inventar son infinitos.
?Pijama o ropa de repuesto: como a los adultos, muchas veces la ropa nueva nos talla o nos hace sentir incómodos. Es bueno contar con una ropa extra por si eso sucede, o por si ocurre algún accidente tipo regueros, mugre…
No es momento de pretender que el niño demuestre su educación y talentos:
Muchas veces (o la mayoría) estos eventos representan un momento de estrés para los niños y más cuando les ponemos encima el peso de lucirnos como papás. Decirle al niño que debe saludar a toda la fiesta, animarlo a que cante como él lo hace, que baile o recite o que muestre todas sus virtudes, es algo que podemos sugerir más no imponer. Ya es suficiente estrés con la cantidad de gente y casi toda nueva para el niño, mejor dejar que demuestre sus talentos en otros escenarios.
No es excusa para ser mal educado:
Por miedo o vergüenza con los demás, tampoco podemos dejar que el niño se porte mal. En eventos siempre soy más flexible en cuanto a la comida y el sueño, pero eso no significa que pueda agredirme, ser grosera o violar los límites que tenemos establecidos.
No olvidar que son niños:
Un evento muy formal diseñado para adultos al que asiste un niño, es algo aburridor para él. Por eso debemos tener muy en cuenta que aunque está invitado, no debemos excedernos de un tiempo “x” que consideraremos prudente tanto para acompañar y asistir al evento como para llevarnos de nuevo al niño a su entorno.
Disfrutar:
Los niños perciben siempre lo que sienten los padres. Si nosotros estamos felices y en buena actitud para pasar un buen rato, seguro el niño actuará con naturalidad y disfrutará del momento. Pero si nos estresamos mucho, el niño también modificará su estado y nos hará las cosas más difíciles. ¡A disfrutar!