Dicen que los pajecitos simbolizan el futuro y la continuidad de una relación, y desde la Edad Media, muchas parejas eligen tenerlos como parte del cortejo nupcial. Más allá de teorizar sobre la tradición, queremos reflexionar sobre lo que significa, no para los nuevos esposos, sino para el niño, ser pajecito.
Cuando a una mamá la llaman a decirle “quiero que tu hijo sea mi pajecito” hay mucho honor, gratitud y asombro, y desde ahí todas respondemos “de una”. Pero esa mamá muchas veces no se ha preguntado si a su hijo le parecerá divertido el plan, o si al menos, entenderá lo que representa su rol en el día más importante de esas dos personas.
Entonces hagamos una lista de lo que deberíamos hacer como mamás para que nuestros hijos acepten y, especialmente disfruten, semejante nombramiento:
¿Cómo contarle?
Esta suele ser una invitación de esas que nadie rechaza, pero ¿Cómo contarle al pajecito para que no haya rechazo de su parte? Empieza por explicarle que esa pareja es especial para la familia y que, desde el amor, lo han elegido a él para que abra el ingreso a la iglesia.
Cuéntale de la tradición, y hazlo sentir especial por haber sido seleccionado. Cuando este nombramiento parezca un reconocimiento y un regalo, el niño seguramente se sentirá privilegiado y se emocionará con esa invitación que tú no rechazaste.
Lo que piensan los demás de un pajecito:
Es importante que un niño que será pajecito sepa que será sobre observado por unas horas, por eso te recomendamos anticiparle que los invitados van a estar pendientes de él y le van a tomar fotos. Así estará preparado y probablemente no experimente pánico escénico.
El escenario:
Muchos niños no están familiarizados con una iglesia, y en ese caso el sacerdote y las imágenes de santos, pueden causar temor. Por eso te recomendamos ir a visitar una iglesia con tu hijo, ojalá la misma donde se celebrará el matrimonio, y la recorran respondiendo sus preguntas o contándole alguna historia breve y linda sobre algún personaje.
El vestuario del pajecito:
Normalmente la novia tiene una idea sobre cómo deberán ir vestidos sus pajecitos, y normalmente tendrás que acatar sus deseos. Entonces conversa con la novia y si debes hacer alguna adaptación porque tú conoces a tu hijo y sabes qué prendas le gustarán y cuáles no, proponlas con mucho respeto.
Una vez hayan elegido el atuendo, muéstrale a tu hijo otras bodas para que vea que en todos los casos los niños se visten acorde a los novios. Busca prendas con telas y detalles especiales, pero que no comprometan la comodidad del niño, eso garantizará que el niño disfrute el vestuario y no esté concentrado en pelear con alguna prenda.
El comportamiento esperado:
Este punto es fundamental. Intenta describirle al niño la escena: por ejemplo, si debe ir en un carro antiguo con la novia, liderar el cortejo para entrar a la iglesia, tirar pétalos o arroz a la salida, entregar los anillos al sacerdote, estar sentado en la ceremonia, sonreír para las fotos y seguir instrucciones de la novia. En todos los escenarios posibles, un niño debería saber cuál es el comportamiento que los adultos esperan de él, eso disminuye su ansiedad y le ayuda a comprender nuestras expectativas.
Es un momento especial para la pareja y también para tu hijo. Tómate el tiempo para que él comprenda esa importancia y resuelva previamente las posibles dudas que aparecerán en medio del magno evento.
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