¿Trituradores? ¡SÍ! Los dientes… Esos pequeños huesos preciosos y peligrosos que uno a uno empiezan a asomarle con todo el amor el mundo, esos que desesperan a tu hijo cuando rompen su encía, esos que te enloquecen porque no sabes que hacer para que tu bebé no sufra, esos que una vez afuera muerden con más fuerza que la vez anterior, y sí, ¡DUELE!
Quiero escribir sobre los dientes, porque me parece un tema SÚPER importante debido a que esto va dirigido al aseo y salud de nuestros pequeños. Los dientes, para los adultos, son utilizados única y exclusivamente para masticar, hacer más pequeña nuestra comida y sea más sencillo para nuestro cuerpo irla preparando, aunque, claro… está la excepción del que corte cosas con el diente porque no tiene tijeras a la mano, ya sea que en realidad no tenga en su casa o le dé flojera buscar una. El punto, es que esa no es su función. Pero, para nuestros bebés, los dientes son esa parte maravillosa del cuerpo que apenas van a explorar, y una vez se den cuenta de que sufres al momento de ellos enterrarte tierna y vilmente sus pequeños dientes, lo tomarán de diversión y cada más será peor.
Los dientes son nuestras puertas y ventanas, ¿a qué me refiero? No sé si en algún momento han escuchado cuando le dicen a un niño que le faltan los dientes porque los está cambiando, “se te cayeron las puertas”, “no tienes ventanas”, hacen referencia a los dientes y los que están a su lado, por lógica estoy segura lo dedujeron antes de que se lo dijera.
Debemos enseñarles buenos hábitos, uno de ellos, fundamental, es el cepillarse los dientes. Seré honesta, no soy fanática de hacerlo, siempre
me da flojera, pero a pesar de eso, obviamente es algo que no tiene elección. Estoy tratando de ver qué me invento para que Paolo disfrute el momento de tener su boca limpia, volverlo divertido, pero, todavía no sé cómo hacerlo, afortunadamente, aún me queda tiempo para ingeniarme algo (si tienen algún truco no duden en decírmelo, compartir es vivir).
Antes de bañarlo, le cepillo los que tiene (ya tiene los dos de abajo y se está asomando uno superior), sólo con agua… una pediatra me dijo que lo hiciera con agua y bicarbonato, para mi fortuna, la novia de un tío es odontóloga y me dijo que no cometiera ese error, o se cepilla solo con agua o con una pasta de dientes que es especial para ellos. Obviamente, yo preferí solo el agua. Paolo se deja, hasta el momento. Al inicio me duerme, pero siempre termina dejándose.
La salida de los dientes al mundo exterior es un tema doloroso para nuestros bebés, ¿recuerdan el dolor de cuando sus cordales estaban saliendo? Bueno, al menos nosotros hablamos, decimos que nos fastidia, podemos tomarnos algo y comer un helado. Imaginen cómo se sentirán ellos que no pueden decir nada, solo lloran y así debemos adivinar qué es lo que tienen.
Mi mamá conmigo y mis hermanos, nos dio un medicamento que adormecía las encías, ella dice que podíamos dormir mejor y no nos fastidiábamos. Mis tías, dicen que también lo usaron. Pero, yo soy una mamá súper natural (le daba paletas de leche materna a mi hijo para calmar sus encías, así que calculen) y no quería comprarle ese medicamento, sino continuar dándole solo paletas. Tristemente, cuando me voy de la casa pierdo toda autoridad existente y mi mamá hace lo que quiera con Paolo.
Tal cual eso pasó, me fui (eso fue a los tres meses más o menos) y cuando regresé veo ese medicamento en mi cuarto, es más que claro que me molesté muchísimo con ella, pero hasta ahí quedó el tema. Ese día, Paolo no hizo popó, al día siguiente tampoco, ya estaba por terminar el tercer día y nada que lo hacía, por ende, decidí llamar a su pediatra y comentarle la situación. Este me dijo que el medicamente que mi mamá le había dado, le hacía daño al estómago porque se iba directamente hacia donde él. Básicamente me dijo que el estómago y todo lo que estaba antes y después de él estaban dormidos por el medicamento. Me molesté aún más con ella, pero, sé perfectamente que no lo hizo por nada malo, sino para ayudar a mi hijo.
Sobra decir que ese medicamente está guardado en una parte que no recuerdo y no es utilizado, continué por un tiempo dándole las paletas. Ahora, solo juega con rascaencias que pueden meterse en la nevera y le ayudan a adormecer las encías.
Recuerden mamás, los dientes son una parte esencial del aseo de nuestros peques, traten de hacer divertido el momento de cepillárselos para que no pierdan esa costumbre a medida que vayan creciendo.
Ah, y algo para mencionar, MUERDEN DURÍSIMO.