Sucede que nace el primer hijo, y una mujer se hace madre por primera vez. Y esa no será la única primera vez que esa mujer conocerá siendo mamá, pues vendrán muchas experiencias que serán vividas, por hijo y madre, por primera vez, y dará miedo, alegría y ansiedad, y le darán el buen nombre de “primeriza” a esa mamá estrenando un pedazo de corazón.
Hicimos una lista con algunas de esas primeras veces para que recordemos lo que vivimos con nuestros hijos, y para que agradezcamos profundamente la experiencia y la sabiduría que han llegado con los años.
El primer accidente de pañal:
Más temprano que tarde llega el día en que el pañal de tu bebé no es suficiente y descubres que los cuellos de los bodies son así para quitarles la ropa por los pies y no por la cabeza. Entre gastar pañitos extra, no querer untarse ni untarlos, pensar qué hacer con la ropa sucia y sacar urgente otro pañal, una voz le dice a esa mamá que esta primera vez se repetirá y que la próxima se reirá de semejante desastre porque no habrá nada más que hacer.
Los primeros pasos:
Llega el momento en que ese bebé gateador comienza a apoyarse en sofás, sillas y mesas de centro, para ponerse de pie y pasar del apoyo de un mueble a otro o caminar tomado de las manos de un adulto. Pero hay un día, que pasa como de repente, en el que se nos acelera el pulso y a muchas nos salen lágrimas de alegría: el día en que desde el apoyo de una silla o los brazos de papá, el bebé da un paso, dos, tres, cuatro hasta los brazos de mamá. De ahí en adelante, pasan alrededor de 6 meses en los que la mamá padece de mini infartos con cada intento de caída, hasta que su bebé es un experto caminador.
El primer día de jardín:
Las mamás nos estrenamos en ese tenso momento de dejar al hijo en el jardín: y nos debatimos entre la necesidad de un lugar que cuide de nuestro bebé mientras retomamos la vida laboral, el deseo de darle la oportunidad de compartir el desarrollo con pares, y las ganas de abrazarlo cada segundo que podemos; nos enfrentamos a su llanto en los días de adaptación, a la culpa de creer que los abandonamos a su suerte, y a la pregunta infinita de la incompatibilidad de nuestro desarrollo profesional con nuestra vida de madres. Al final, el hijo se despide campante de la madre y la madre ahora cree que su hijo nunca la va a querer igual. Bienvenida, primera despedida de mi hijo!
El primer diente:
Esto ya son ligas mayores, pues cuando un hijo aparece mueco en la foto, la pubertad está tocando la puerta y el tiempo vuela hasta la adolescencia. Esa ansiedad de sentirlo flojo, y esa mano empujando casi hasta el dolor con un afán loco de sentirse grandes, de tener un billete de ratón Pérez en el bolsillo, son la prueba fehaciente de que el hijo creció. Pero ver ese primer hueco en la encía y la foto de la sonrisa mueca, nos conecta a la mayoría de las mamás con los primeros recuerdos vívidos de nuestra infancia (que ya dejaba de ser infancia).
Nuestras listas siguen y poderlas construir con ustedes es maravilloso. Cuál es esa cosa que te pasó por primera vez como mamá que nunca olvidarás?