¿Quién lo diría?, ¿esperabas la llegada del año nuevo con un recién nacido en brazos?, ¿o aún lo esperas dentro de ti?
La llegada del Nuevo Año trae consigo un sin fin de emociones, preocupaciones, sentimientos, ¿por qué? Resulta que dejamos atrás muchas cosas, momentos buenos y no tan buenos, para recibir unos mejores o quizá, no tantos. Hace un año, cuando esperabas que el 2018 llegara, ¿imaginaste que ese año escucharías el latido del corazón de tu bebé?, ¿sentirías sus piernitas frágiles golpear dentro de ti?, ¿estarías buscando nombres, pijamas, sábanas, pañales?, ¿así lo imaginaste?, porque yo no, pensaba que muchas cosas me ocurrirían, aunque por mi mente jamás pasó el hecho de conocer al amorcito de mi vida.
Cada año al iniciar enero, pienso “Debo comprar las cosas para la universidad”, ahora es diferente esa frase, “Debo organizarme para ir a la universidad, volver a alimentar a mi bebé y regresar a clases”, la clave es sencilla: ¡¡¡ORGANÍZATE!!!
No será fácil, nadie dijo que la vida en sí lo sería, ahora, imagínate para nosotras que somos adolescentes y también debemos continuar con nuestros estudios. Por mi parte, esforzarme al máximo es una de las metas que me propuse para este 2019, que sí me creo capaz de poder con todo, pero, ¿qué es “TODO”?, todo se resume en cuidar a mi hijo, alimentarlo, hacerlo feliz, estar pendiente de él, ir a la universidad, asistir a cada una de las clases, estudiar muchísimo, ser la mejor de mi semestre, entregar trabajos, hacer investigaciones, tener tiempo para mí, ejercitarme, comer sano, ese es mi todo… y sí, podré hacerlo. ¿Cómo planeo hacerlo? Ya les dije, organizándome, un planeador es una excelente opción cuando tienes muchas cosas que hacer y una mala memoria, o una desorganización bárbara. Divide las cosas con colores, escoge el más importante y el que puedes hacer dos veces a la semana, piensa cuántas horas demoras haciendo cierta actividad para poder cronometrar tu tiempo, ten siempre presente que ya no puedes “perder tu tiempo” pendiente de las redes sociales, del televisor, de los vídeos en YouTube, organiza eso también y dedícale cierta cantidad de horas al día para que no interfiera con otras actividades, no está bien tomar de excusa “Tengo un bebé por eso llego tarde”, “Tengo un recién nacido por eso no hice el trabajo”, “Tengo un bebé por eso no tengo tiempo”.
FALSO MAMÁ, SIEMPRE, PERO SIEMPRE SE TIENE TIEMPO PARA HACER CUALQUIER COSA.
Aprovecha enero, que aún no has entrado a la Universidad, y dedícate a organizar los meses que vienen, dile a tu hijo que tendrás que salir cada día, pero que siempre volverás, aunque sea un humanito díselo, dile que lo dejarás con alguien que cuidará muy bien de él y que contarás los minutos para volverlo a ver. Es importante comunicarle a tu bebé las cosas, aunque creas que no te entiende, hazlo, por ti y por él. Para las mamitas que trabajan es igual, todo es cuestión de organización, la ventaja que tienen ustedes ante nosotras las que estudiamos, es que su horario es fijo y de esta manera le crean a su hijo una rutina, es una manera más sencilla de adaptarse al cambio, porque cada día es igual que el anterior.
Inicié el año de una manera que no esperaba, llena de más amor del que había tenido en toda mi vida, brindando un amor que no había surgido en mí, cada día es un motivo más para sonreír y dar las gracias a Dios por el humanito que me regaló, por darme la sabiduría y la fuerza necesaria para aceptar este papel tan perfecto de ser MAMÁ. Te invito a que hagas lo mismo, sé que es difícil, más para las que somos solteras, pero también sé que vale la pena cada hora de sueño que no tenemos, sé que todo se resume en un humanito que vino dentro de ti, que está aquí por ti.
Paolo, Molly y yo, te deseamos un año lleno de mucho amor, paciencia, sabiduría, alegrías, lágrimas de felicidad, fuerza y sobretodo, bendiciones.
Entonces mamita, ¿qué tal tu año nuevo con un recién nacido abordo?