Falta poco para que termine el 2.017, pasamos tiempo en familia compartiendo regalos, sonrisas, rituales, comidas deliciosas y haciendo un balance de todo lo logrado durante los 365 días que tuvimos la oportunidad de disfrutar.
En medio de ese balance, nos trazamos propósitos, porque vemos cada 1 de enero como un nuevo comienzo, un renacer, para cumplir con todos los sueños que albergamos en nuestro corazón. Entonces viene la lista de “Metas para 2018” “Propósitos para el nuevo año” “Lo que quiero lograr” o hasta… “Este año sí…”.
El tener propósitos de fin de año, no debe ser solo cosa de los adultos, también podemos involucrar a nuestros niños en el proceso, para incentivar en ellos hábitos como el orden y la capacidad de planeación, de hecho podemos tener “metas familiares”.
¿Cómo crear propósitos posibles?
Les compartimos unos tips para hacer de nuestra carta de propósitos de fin de año, una ruta para cumplir sueños:
- Establecer metas realistas: por ejemplo, si el propósito es bajar de peso, lo mejor es hacerlo con ejercicios que realmente nos agraden, empezar por establecer una meta alcanzable mes a mes para poder evaluar los resultados.
- Menos es más: muchas veces queremos abarcar temas de salud, empleo y hasta familiares en un período corto de tiempo. Conviene es establecer prioridades y comenzar por lo importante que nos lleva a cumplir el resto de propósitos.
- Hay que ser flexibles: es bueno que cada meta tenga una fecha establecida para materializarse, pero no nos podemos volver esclavos del tiempo, los resultados muchas veces tardan más de lo esperado y la falta de flexibilidad nos lleva a perder el entusiasmo.
- Escribir las metas: el tener escritos nuestros propósitos nos facilita planear todo lo que necesitamos para llevar a feliz término nuestras metas, pero más que una carta para mostrar a los seres queridos hay que ver cada propósito como un compromiso personal.
- Símbolos de compromiso: la coach de felicidad Sylvia Ramírez recomienda que más que pegar nuestra lista de propósitos en la puerta de nuestra oficina o llevarla en la cartera, podemos buscar un símbolo de ese compromiso: poner una foto de un momento inspirador en el escritorio, comprar una pulsera o tener algo que nos recuerde cada tanto ese sueño que no podemos posponer más.
También podemos cumplir metas en familia, un buen método es pensar en algo que queramos lograr todos. Puede ser un viaje, entonces planearlo en función de lo que cada miembro del hogar puede aportar, por ejemplo a los niños se les puede crear un fondo donde la moneda de cambio sean las notas escolares.
Asumamos los propósitos de fin de año, como una oportunidad para que seamos mejores seres humanos, más felices, llenos de alegría y magia.