Cuando nos dan la noticia de que vamos a ser madres, toda la atención se centra en el embarazo y el parto, leemos, preguntamos, y concentramos toda nuestra energía en que todo esté bien. Pocas veces, antes de enfrentarnos a este reto, nos hemos preparado para superarlo, y sobre todo, para informarnos acerca de cuáles son los posibles desafíos de lactar, y cómo lograrlo.
Lo primero que hay que decir es que es un proceso NATURAL. Nuestros tiempos han “complejizado” un poco todo y hemos oído cosas como “ella no dio leche”, “no le bajó entonces le dieron fórmula” o “como le dolía y eso se supone que no duele, mejor se secó”. Todas estas son afirmaciones que parten de un desconocimiento total acerca del tema, y lo que más tenemos que recordar durante él, es que somos mamíferos (racionales), pero mamíferos al final, y por ende, nuestra manera de conservar viva nuestra cría (el bebé) es dándole nuestra leche.
Hay muchos estudios, antiguos y recientes, acerca de la leche materna, y todos, incluso los más modernos, señalan que ninguna leche de fórmula la reemplaza. Nuestro cuerpo es sabio y produce una cantidad de vitaminas que aún la ciencia no puede producir. El cuerpo de la mamá va pasándole al bebé en la leche, lo que necesita para vivir, por eso la leche cambia de consistencia, sabor y color a lo largo de la lactancia.
En segundo lugar, HAY MUCHAS FORMAS DE LOGRARLO. Nos han dicho que la succión del bebé en el pecho es la única manera de hacerlo, y es importante tener el dato que no lo es. Si bien es la manera por excelencia de hacerlo, el extractor es un gran aliado para todas las mamás que tienen condiciones especiales con sus bebés, por ejemplo, cuando los bebés son prematuros y nacen sin la maduración neurológica necesaria para succionar, cuando la mamá debe regresar a trabajar, cuando la mamá queda hospitalizada, entre otras. El extractor puede ser un gran reemplazo de la succión, haciendo que la producción de leche vaya en aumento y podamos incluso construir un banco de leche que nos permitirá que el padre y otros familiares puedan disfrutar de la lactancia, porque esa leche se la ponemos en un tetero al bebé.
En tercer lugar, LAS ASESORAS DE LACTANCIA son un gran aliado para salir con éxito del proceso. Instituciones como La Liga de la Leche nos pueden brindar asesorías personalizadas (algunas son gratuitas) para solucionar percances que surjan en el proceso.
En cuarto lugar, la gente habla de PRODUCTOS PARA PRODUCIR LECHE como el hinojo, la malta, el fenogreco molido; todo esto es válido porque le da confianza a la mamá de estar produciendo más leche y aunque, no se sabe con certeza si sí tiene un efecto directo en la producción, todo lo que sicológicamente tranquilice a la mamá es positivo para lograr una lactancia feliz. Ahora, lo que sí es un hecho, es que durante la lactancia la hidratación es clave, debido, obviamente al gasto. Hidratarnos bien no solo nos garantiza que haya leche, sino que también nos quita la sensación de cansancio que produce el cuerpo al lactar.
En quinto lugar, LA LACTANCIA ES UNA DECISIÓN, y no debemos interceder en la decisión ajena. Es un reto difícil, si lo sumamos a la energía y recursos que estamos invirtiendo en la vida nueva de madres, teniendo en cuenta que el bebé es un mundo para nosotras, y las hormonas están presentes y desordenadas. La mamá que no quiera lactar no es una mala mamá, simplemente tomó una decisión distinta, que, gracias a los avances de la ciencia, va a permitir que su hijo crezca igual de sano tanto mental como físicamente, a los niños amamantados por sus madres. Así mismo aplica para las madres que, por desconocimiento o falta de apoyo, decidan retirarse del proceso de lactar. La lactancia no va con todas las personalidades.
En sexto lugar, EL APOYO DE LOS FAMILIARES es esencial para lograr este proceso, tanto para la mamá que quiere hacerlo delante de ellos, como para la mamá que quiere esconderse cada vez que alimenta. Aunque amamantar es un proceso natural, las miradas de los extraños a veces incomodan a las que lo llevan a cabo y terminan por aburrirla en el proceso. Respetar los momentos de intimidad con el bebé es clave para lograr la lactancia.
En séptimo lugar, LA CONEXIÓN que la lactancia produce, entre el bebé y la mamá, es una cosa mágica. Sentir que nosotras somos quienes estamos dándolo todo para que nuestro hijo respire, crezca y viva, es algo increíble y que nos llena de orgullo. Esa conexión también se genera cuando alimentamos con nuestra leche en tetero, o con fórmula, pero digamos que la sensación de que nuestro cuerpo produce lo necesario para el bebé y el bebé solo depende de eso, es realmente especial.
Y por último, LA INTUICIÓN DE MADRE es lo más importante a la hora de lactar, y también en la maternidad en general. Las mamás somos quienes, con certeza, sabemos cuándo el bebé llora por hambre y hay que alimentarlo, y cuándo llora por otro motivo. Sabemos también cuándo es el momento de parar el ciclo y cuándo el bebé ya no necesita que lo hagamos. Por más que las personas cercanas, con todo su amor, nos regalen millones de opiniones (e incluso incluyo aquí a los pediatras, sicólogos, y al papá), las madres somos quienes, directamente, hemos sido dotadas de la reina de las intuiciones, y no podemos dejar perderla, pues es un súper poder. Oír nuestro corazón siempre para saber qué hacer es clave para no desesperarnos en éste y en todos los procesos que vamos a vivir como mamás.
Ana María Franco
Escritora del blog Mamá Con Amor
“Comparto mi vida de mamá de dos niñas, las actividades, rutina e información; todo filtrado por el ❤