Cuando nace un bebé, llega con él la felicidad, alegría y emoción, pero al mismo tiempo las dudas, miedos e inseguridades que se esconden tras el deseo de dar lo mejor de sí para acompañarlo adecuadamente en su historia de vida. Y es que son muchos factores a tener en cuenta; su alimentación, su educación, sus cuidados, los juegos, entre muchos más.
Pero Papá y Mamá, aunque sabemos que esto es normal, ¡no te preocupes!, por el solo hecho de interesarte en ofrecerle lo mejor, ya lo estás haciendo bien, además cuentas con nuestra Comunidad New Life que te orientará de la mano de los expertos para que este proceso sea cada vez más sencillo y natural.
Desde OFFCORSS nos sentamos nuevamente con la Dra. Diana Jiménez, Pediatra especialista en nutrición infantil y lactancia materna, crianza y desarrollo infantil, y mamá en gestación de Mara. ¡¿Quién mejor que ella para apoyarnos en esta increíble aventura de ser papás?!
Esta vez, abordamos el tema de la alimentación de los niños en sus primeros 6 meses de vida, veamos…
Según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, los niños idealmente deben alimentarse con leche materna en sus primeros meses de vida.
Como pediatra, después de haber acompañado a cientos de mamás; sé que la alimentación materna se convierte en un tema que genera temor y sufrimiento ya que no es fácil para la mayoría de ellas. Por esta razón, mi primera recomendación es que busquen asesoría por parte de un experto de confianza para lograr una alimentación efectiva en los primeros meses de vida; sin traumatismos ni dolor, ya que sí se siente dolor significa que algo no está bien; lo que suele ser por una mala técnica de agarré o de succión.
Prepararse antes de que el bebé nazca, permitirá ganar ventaja y adelantarse a este ejercicio de conexión entre el bebé y la mamá. Este proceso de autoconocimiento la llevará a identificar la forma de sus senos y pezones; y la mejor posición para alimentarlo para evitar enfermedades como la mastitis y el circulo vicioso en el que entran muchas familias ante esta situación; el cual se traduce en “no lo pego, por tanto mi bebé no come bien, no está ganando peso, me duele insistir, sufro cuando lo alimento” y así repetitivamente desencadenándose en las fórmulas de tetero, lo cual es recomendable usarlas lo menos posible.
El autoconocimiento, la confianza y la comodidad son los mejores aliados en este proceso, ya que la parte emocional juega un papel muy importante para no afectar la producción de la leche.
Mamá, no te asustes si los primeros tres días después de haber dado a luz a tu hijo, sale muy poquita leche de tu seno, con aspecto de una grasita de color amarillento, ya que este primer alimento llamado calostro; es considerado “oro líquido”. Es muy concentrado, está repleto de proteínas y tiene una alta densidad de nutrientes; por lo que con solo una pequeña cantidad conseguirás saciar el diminuto estómago de tu bebé, el cual tiene una capacidad gástrica muy pequeña, equivalente al tamaño de una cereza.
Dado el caso de que una mamá no pueda tener una lactancia materna exclusiva por diferentes razones; sea por enfermedades, medicamentos o porque no haya tenido una buena técnica, se puede recurrir al proceso de Relactación; esto es viable para toda aquella mujer que sí quiera y esté decidida a hacerlo. Pero cuando por elección propia prefiere no lactar, lo cual es muy respetable, estando en su derecho de así elegirlo; debe recurrir a una orientación médica para recomendarle una buena fórmula lacta para suministrarle durante su primer semestre de vida. Es primordial usar un buen tetero, esto ayudará a la disminución de la producción de gases para que el bebé genere la fuerza de succión siendo este el ejercicio más importante que hace en sus primeros meses de edad, preparándolo para la masticación, deglución y para fortalecer sus músculos de la fase orofacial.
A los 6 meses, si el proceso de alimentación del bebé ha estado normal y acorde a su edad
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) es tiempo para empezar su alimentación complementaria, debido a que el aporte calórico de la leche materna ya no es suficiente.
Con esta alimentación complementaria se le aportarán las 200 kilocalorías faltantes para su crecimiento; lo que significa que la fórmula o la leche materna no deben ser suspendidas por ningún motivo; para de esta manera suministrarle las cantidades que requiere para su sano desarrollo.
De los 6 a los 8 meses es una fase exploratoria; en la que como padres o cuidadores les permitimos jugar, tocar, ensuciarse y oler los alimentos, ayudándoles a generar un proceso de estimulación y a describir poco a poco que la comida es para comer y para quitar el hambre. Para sorpresa de muchos; esta alimentación se puede usar con cualquier tipo de comida, incluso con los potencialmente alergénicos como el huevo, los mariscos, las fresas, el maní y frutos secos en general; mientras no haya antecedentes de alergias familiares se puede exponer al niño a descubrir su gusto por este tipo de comida; eso sí, anulando la miel, la sal, el azúcar y la leche de vaca hasta después de los dos años.
En cuanto a los tiempos
Esto se establece según la rutina de la familia; se puede empezar de 2 a 3 tiempos de comida de acuerdo al desarrollo del niño (Desayuno, almuerzo y cena). Recuerda papá y mamá que en esta etapa no es importante la cantidad, lo realmente significativo es dejarlo explorar y ensayar; ya que los niños que han sido alimentados con fórmula se pueden demorar hasta 20 veces en aceptar un alimento y los que han sido alimentados con lactancia materna exclusiva hasta 10 veces en admitirlo. Además, no se trata de insistir y obligar, es más bien un ejercicio que consiste en exponerlo al alimento hasta que se familiarice con él.
En su plato deben estar los 4 grupos de alimentos: las frutas, las verduras, la proteína y los carbohidratos; variándolos y rotándolos cada 2 o 3 días para identificar reacciones alérgicas y su afinidad con el mismo. Para asegurar una buena alimentación complementaria es ideal vivirla bajo la orientación de un pediatra.
Papás, su acompañamiento, amor, paciencia y conocimiento durante los primeros meses de vida de tú bebé son fundamentales para orientarlo en su proceso de adaptación con su entorno externo; ya que a medida que pasan los meses se le va abriendo un mundo de nuevas experiencias; descubriendo olores, sabores, colores y texturas que le generarán placer y que a medida que las va aceptando incidirán en lo que le gustará comer para el resto de su vida. Disfrútense el proceso y confíen en su insisto y deseo natural de ofrecerle siempre lo mejor.
¡Con cariño!
DIANA JIMÉNEZ
Instagram: @dradianapediatra
Mamá en gestación de Mara