Las familias con niños pequeños llevamos, en Colombia, más de 70 días en casa debido a una pandemia sin precedentes ni preparaciones. Y me atrevo a afirmar que todas, sin excepción, descubrimos que la crianza y la vida cotidiana con los niños es más simple de lo que creíamos.
Confirmamos el mito de que un niño goza más con la caja que con el juguete mismo, y que no hacer nada es necesario porque llenar la agenda de un chiquito como si fuera adulto lo abruma y lo lleva al límite de su ansiedad. Descubrimos que ningún escenario es tan valioso para sentirse parte de la familia como el comedor y que en la preparación de los alimentos, la disposición de la mesa y la conversación que allí sucede, un niño se define a sí mismo como parte de una familia. A eso con seguridad, es lo que llaman calor de hogar.
Voy a comenzar una lista de cosas simples que he descubierto que a mis hijos de 9 y 6 años les gusta hacer, que antes no me habría atrevido a proponerlas porque consideraba que eran tonterías que no les enseñarían nada, y que no los divertirían:
1. Echarle agua a las plantas.
2. Exprimir limones para hacer limonada o paletas.
3. Mirar libros, sin afán de aprender a leer o de comprender lo leído.
4. Echar frijoles en una botella, y contarlos.
5. Dibujar con lápiz los personajes de su videojuego preferido.
6. Diseñar una clase de matemáticas para ayudarle a su hermano menor.
7. Mirar por la ventana y contar pájaros.
8. Hacer plastilina casera.
9. Jugar volleyball con un globo en la sala de la casa.
10. Escribir la lista del mercado.
Por último:
Podría agregar muchos numerales a esta lista si me devuelvo en cada día y cada actividad sencilla que los he visto disfrutar. Pero lo que quiero que nos quede claro es que la infancia la complicamos los adultos, pues por naturaleza es básica, orgánica, espontánea y única. No hay necesidad de artificios ni excesos, tampoco hay que seguir recetas ni manuales.
Nada como tener un espacio donde pintar sin miedo a un grito de la mamá, nada como ropa cómoda y usable sin miedo a dañar una herencia familiar, nada como ser felices con lo que se nos atraviesa. A eso hemos aprendido en estos días, y ojalá que eso sea lo único que nos quede de la crisis mundial.
Volvamos a lo simple, al centro de la familia que está en el amor. Sólo allí encontraremos la sabiduría innata de los niños, y la nuestra.
Mira con atención y cuéntanos, ¿qué agregarías a la lista de cosas simples que hacen los niños en casa?