Como padres deseamos que nuestras relaciones familiares siempre se desarrollen de manera armoniosa, pacífica y positiva. Sin embargo, en algún momento todas las familias deben hacer frente a situaciones difíciles. Los conflictos familiares son habituales y hacen parte de la convivencia familiar; es imposible encontrar una familia en la que no existan. De hecho, el conflicto bien gestionado hará que tu familia crezca y desarrolle nuevas maneras de relacionarse. ¿Sabes cómo resolver los problemas cuando llegan?
Las causas más comunes de los conflictos familiares tienen su origen en los muchos tipos de formas de ser de quienes viven en una casa. Sus edades, personalidades, vivencias e intereses podrían hacer que no se lleve bien del todo a pesar de que sean parte de una familia. Es decir, estas diversidades harán que, aunque algunas veces todos coincidan en el modo de pensar, sentir y percibir un hecho o situación determinada, haya muchas otras en las que no estén de acuerdo.
Por ejemplo, las diferencias de puntos de vista entre padres y adolescentes, y que estos no quieran cumplir con las responsabilidades en el hogar, son muy comunes. Otra causa habitual que genera conflictos es cuando la falta de comunicación ocasiona malos entendidos. También es usual que haya malas interpretaciones entre los integrantes de la familia; que los niños discutan por un juguete o un espacio de la casa, o incluso que no quieran comer.
Los conflictos familiares como oportunidad de crecimiento
Es importante afrontar y resolver los conflictos familiares, sean sencillos o complejos. Solucionar estas dificultades contribuye a fortalecer la estructura familiar. Además, aumenta la unión y el sentimiento de pertenencia de los integrantes de la familia. Ellos poco a poco irán adquiriendo nuevos recursos y mayor eficiencia a la hora de afrontar situaciones nuevas.
De acuerdo con esto, los conflictos familiares pueden verse como una oportunidad para aprender, crecer y construir relaciones familiares más sólidas. Solo hay que disponer de las herramientas adecuadas para encontrar la forma de resolver el desacuerdo.
A continuación, te damos 5 consejos útiles que te guiarán en este proceso.
5 recomendaciones para solventar los conflictos familiares originados por la convivencia
1. Escucha
Podrás resolver muchos conflictos familiares si practicas la escucha activa. Esto quiere decir que debes poner atención, darle valor y realmente entender lo que quiere decirte tu hijo o familiar. También debes hacerle saber que has comprendido su posición. ¿Cómo lo harás? A través de palabras, gestos y expresiones de tu cuerpo. Relájate, míralo a la cara y mueve la cabeza como cuando dices “sí” para que sepa que comprendes su perspectiva.
Para evitar malos entendidos, asegúrate de haber comprendido bien lo que se te expresó antes de dar una respuesta.
2. Habla, no grites
Para superar los conflictos familiares es importante que aprendas a expresar tu rabia o frustración con un tono y las palabras apropiadas. Cuando hables, evita las palabras ofensivas, los sarcasmos y las críticas. Tu lenguaje cambiará sustancialmente los términos de la discusión y su resultado. Prueba expresar tus sentimientos negativos usando frases como: “haces cosas que no me gustan” en lugar de “no haces las cosas bien”; “me cuesta entenderte” en vez de “contigo no se puede hablar”; o “ahora me siento mal” en lugar de “me molesta tu manera de ser”.
3. Promueve la participación
Es importante que cada miembro de la familia tenga la oportunidad de hablar y ser escuchado, incluso los más pequeños. Así se sentirán como integrantes del núcleo familiar. Es primordial que no se interrumpa al otro y que todos tengan el mismo tiempo para expresarse. Por ejemplo, si estás en medio de un conflicto familiar promueve que cada uno exprese su punto de vista. Reconoce lo que están sintiendo y luego habla de lo que tú piensas y sientes.
4. Muestra amor.
Los conflictos familiares son momentos difíciles en los que se enfrentan diferencias y emociones fuertes. A pesar de esto, siempre quedan los lazos de amor que unen a cada miembro de la familia. Estos deben prevalecer. Debes expresar ese afecto para que puedas ir más allá de la rabia o la frustración que sientas ante un hecho. Para lograrlo, ponte en el lugar de tu hijo o familiar y piensa ¿qué debe estar pasando para ponerse así? Trata de entender el contexto y dile, por ejemplo: “sé que estás cansado”, “siento que la estés pasando mal”. Luego, exprésale tu afecto con un abrazo.
5. Colabora y aprende
En los conflictos familiares no hay ganadores o perdedores. Las soluciones deben ser pensadas en función de las necesidades de todas las partes. Solucionar a través de la comunicación es indispensable; solo así podrás llegar a acuerdos, aprender, fortalecer y estrechar las relaciones familiares.
¿Qué opinas sobre estos tips? Tenlos presentes cuando tengas que afrontar diferencias en el seno de tu familia. Seguro te serán de mucha utilidad.