No soy la mamá más hábil con las manualidades y el arte, y confieso que tampoco soy la más amante. Pero tener hijos es reconocer lo mejor y lo peor de uno, y enfrentar miedos y perezas sin fingir sonrisas, con la actitud de asombro que a los niños se les desborda y que todos los adultos deberíamos recuperar.
Qué mejor época que esta para hacerlo. Así que busqué una actividad que no requiriera demasiado talento por parte del adulto, seguí un par de instrucciones y descubrí que en la cocina o el baño, tenemos la solución a esa necesidad de encontrarnos en el piso con nuestros hijos.
Hoy les comparto una actividad muy sencilla que resulta excelente para “matar el tiempo” del adulto, para crear según la lógica de los niños, y para fortalecer el vínculo que es la necesidad primordial en este momento de la sociedad.
Materiales para la obra de arte:
* Espuma de afeitar (es fundamental que sea de la que sale en espuma y no en gel).
~ Anilinas vegetales.
* Papel grueso tipo cartulina.
~ Palitos de paleta o algún palo para mezclar y retirar la mezcla.
* Un recipiente o contenedor en el que quepa el papel sin arrugar o doblar.
Instrucciones:
1. Pon espuma de afeitar en el contenedor o recipiente intentando cubrir toda la base o superficie.
2. Con el palo de paleta o cuchara de palo, distribuye la espuma de modo que toda la superficie quede cubierta.
3. Pon gotas de anilinas en diferentes puntos de la superficie cubierta de espuma.
4. Con el palo de paleta o con un pincel riega las gotas de anilina estableciendo un patrón de color sobre la espuma.
5. Toma la cartulina y ubica su lado más liso y brillante mirando las anilinas, presiona sin moverlo de lugar.
6. Levanta con cuidado la cartulina.
7. Con el palo de paleta retira la espuma haciendo un barrido hacia alguno de los lados.
¡Y Listo!
Puedes hacer todos los “papeles de mármol” como se te ocurra, con un solo color o con varios, con poca anilina o con más cantidad. La idea es que te puedas dejar llevar, desconectarte y producir papeles en los que podrás enviar cartas, escribir frases o hacer otros dibujos sobre esos colores.
No se trata de profesionalizarnos como madres creativas y manuales, se trata de permitirnos volver a ser niñas en estos días y disfrutar la compañía de nuestros hijos. Les garantizo que, más que la manualidad que elijan hacer, el éxito de la actividad estará medido en los buenos recuerdos para todos.