Hoy día existen muchos mitos relacionados con la salud de los bebés recién nacidos. Por eso, es necesario desmentirlos cuanto antes. También existen verdades o verdades a medias que, aunque suenen extrañas, ejercen un papel importante en el cuidado del bebé. Incluso muchas veces adoptamos consejos chocantes de personas que distan mucho de ser especialistas en la materia.
Ante cualquier duda, la mejor solución es consultar con el médico. No tienes por qué avergonzarte, simplemente debes documentarte para obtener mayor seguridad y contar con los conocimientos necesarios para actuar correctamente.
Teorías sobre el cuidado de bebés recién nacidos, ¿realidad o ficción?
En este artículo queremos abordar algunas de las leyendas más populares que seguro habrás escuchado en alguna ocasión. Varias de ellas carecen de fundamento, mientras que otras coinciden con la realidad. Toma nota de ellas y actúa en consecuencia.
Los bebés recién nacidos no pueden ver
Es falso. Al nacer pueden ver, solo que lo hacen mejor a una corta distancia. Por esa razón, los padres de manera instintiva hablan a sus bebés recién nacidos desde la cercanía. Según van creciendo, su capacidad visual aumenta, hasta que a los 6 meses pueden reconocer objetos a una distancia prudencial. Aproximadamente al año, su visión se ha desarrollado casi por completo, siendo muy similar a la de los adultos.
La forma de llorar difiere según lo que les pase
Es cierto. Un bebé puede llorar por múltiples razones que tú podrás reconocer al cabo de poco tiempo. Los recién nacidos se quejan por sueño, hambre, al sentir dolor, por sensaciones de frío o calor o incluso cuando se sienten incómodos. Al final te darás cuenta de que no resulta tan complicado distinguir un llanto de otro. ¡Muy pronto acabarás siendo una especialista en la materia!
No conviene cortarles las uñas los primeros meses
Es falso, de hecho, puede ser contraproducente. Los bebés recién nacidos suelen tocarse mucho la cara y están expuestos a arañarse sin querer. En estos casos lo que hay que hacer es emplear unas tijeras especiales y cortarle las uñas cuando estén dormidos o relajados.
Es mejor comprar ropa de bebé más grande para adaptarnos a su rápido crecimiento
Falso. Es cierto que los bebés crecen rápido, pero la ropa de recién nacido suele servirle para el primer mes e incluso para el segundo. Además, en ese tiempo la va a emplear bastante y ensuciar mucho más.
Otra razón por la que es preferible comprar ropa a medida que crece es para hacer que se sienta cómodo. En este sentido, es importante resaltar la importancia de la seguridad de las prendas de bebé. En OFFCORSS, por ejemplo, empleamos broches de seguridad y todas nuestras prendas son 100% algodón pensando en su confort.
Los estornudos, síntoma de resfriado
Verdadero a medias. Efectivamente, los bebés recién nacidos pueden estornudar porque están resfriados. También puede ser un síntoma de malestar general o fiebre. En realidad, los estornudos son un medio de defensa para despejar las vías respiratorias. Digamos que su objetivo es limpiar los pulmones y aliviar la falta de aire. Y es que un bebé no puede carraspear para aclararse la garganta ni sonarse la nariz como un adulto.
Esterilizar el chupete cada vez que se caiga al suelo
Verdad a medias. La higiene es fundamental en el cuidado de los bebés recién nacidos. Sin embargo, tampoco hay que volverse aprensivo. No hace falta esterilizar el chupete cada vez que el bebé lo tira. Los padres deben ser conscientes de que las manos son el lugar donde residen la mayor parte de las bacterias. Y es que los pequeños, tal y como sucede con los adultos, cuentan con un sistema inmunológico que les protege.
De hecho, la mayoría de las bacterias son eliminadas sin ningún problema.
Por esa razón, no sirve de mucho esterilizar continuamente sus chupetes, tetinas y biberones. Otra cosa sería si el bebé recién nacido fuera prematuro, en cuyo caso sí deberíamos extremar las medidas de higiene.
Los bebés nadan instintivamente
Es falso. Los bebés dejan de respirar al sumergirse y pueden desplazarse en el agua. No obstante, en estos momentos los padres deben tener precauciones. El contacto con el agua despierta su inteligencia y fomenta su autoconfianza e independencia. Ahora bien, no deben permanecer sumergidos demasiado tiempo, pues sus pulmones pueden bloquearse.
Añadir cereales al biberón de la noche mejorará su sueño
Verdad a medias. Puede ser que duerman bien y mejor. Lo cierto es que no hay ninguna base sólida que fundamente este consejo. Puede suceder que los padres logren satisfacer sus ansias de descanso o generar el efecto contrario. De hecho, en algunos casos, el pequeño puede despertarse con mayor frecuencia.
Los bebés recién nacidos deben expulsar los gases tras cada comida
Falso. No hace falta que los padres les den golpecitos en la espalda incansablemente hasta hacerlos eructar. En realidad, este mecanismo no funciona así. Basta con frotarles suavemente la espalda durante varios minutos. Si durante ese tiempo el pequeño no expulsa ningún gas, significa que no necesita hacerlo.
Lo cierto es que los bebés tienen más o menos gases dependiendo de si toman biberón o el pecho. Por regla general, los bebés recién nacidos tienen más gases con el biberón que a través de la lactancia materna.
Es mejor que los bebés recién nacidos no salgan a la calle hasta pasados 15 días
Falso. Los progenitores, especialmente los padres primerizos tienen miedo de que su pequeño pueda coger alguna infección o enfermedad. Sin embargo, deben estar tranquilos porque este tipo de contagios no están relacionados con el aire exterior. Más bien se trata de emplear la razón y la prudencia. En verano es preferible evitar las olas de calor, mientras que en invierno es mejor quedarse en casa cuando hace mucho viento.
Llorar desarrolla sus pulmones
Totalmente falso. No hay ningún estudio que demuestre que el llanto esté relacionado directamente con el desarrollo o ensanchamiento de los pulmones. Cuando un bebé recién nacido llora, le sucede algo.
Los padres se vuelven intuitivos y la mayoría de las veces son capaces de saber qué les ocurre. Sea como sea, siempre hay que acudir a su llamada. El bebé necesita sentirse atendido, protegido y querido.
Tener fiebre significa que “el niño ha crecido”
Verdad a medias. Esta es una creencia popular que nos transmitieron nuestros abuelos, aunque no anda muy descaminada. Los bebés recién nacidos crecen mientras duermen y cuando tienen fiebre.
Los pediatras afirman que estos “estirones” se producen repentinamente cada vez que el niño duerme más de lo habitual o incluso en períodos en los que se pone enfermo. En este sentido, cabe decir que la fiebre es la responsable de estimular la hormona del crecimiento (somatropina).
Ahora bien, hay que tener mucho cuidado porque no deja de ser un síntoma de enfermedad o infección. De ese modo, si el pequeño está más caliente de lo normal, hay que llevarlo al pediatra. Solo así podrás salir de dudas.
Esperamos que estas verdades y mitos te ayuden a aclarar tu panorama en el cuidado de tu pequeño.